Esto me ha preguntado mi amiga Sol (de quién me siento muy orgullosa de ser amiga, por cierto). Y es que cuando empecé el blog estaba en Barcelona organizándolo todo para venirme a vivir aquí, a la India. Ahora estoy aquí y organizándolo todo para la visitita - y pedir la visita- a España, es decir, con la cabeza en España. Pues me ha dejado unos cuantos días pensando, pensando, no creas! Primero pensé que no tenía corazón. Luego me dió la ñoña y que si ya no estaba, o que estaba a pedacitos o que lo había perdido y todas las otras cosas que salen en las canciones almibaradas, o en las del periscopio, pero que me sonaban mucho a cliché y no me acababan de encajar con lo que yo sentía. Luego me dí cuenta que no sabía qué color tenía, que forma tenía, qué olor tenía ni a qué sabía -mi pequeño Sangye Kyab-, pero que debe estar en algún sitio, por aquí cerca, porque de vez en cuando me dice cosas al oído, y no en bajito, por cierto, más bien a grito pelado y ahora insist...
Después de tanta caminata el día anterior hasta Pullahari y con el calor que hacía no me encontraba con muchos ánimos de meterme en un autobús urbano que nunca sabes adónde te lleva o cuantas veces tienes que cambiar y con más gente dentro de la que permite cualquier pulmón. Añadamos a eso la mascarilla para que no se te llene la nariz de polvo. Así que tras un buen desayuno en el double dorje decidí tomarme el día de semidescanso e ir al sitio más cercano: Pashupati esta a "walking distance" de Boudha y además de un enorme templo hinu de Shiva (en el que no dejan entrar a extranjeros) hay un crematorio al lado del río, y, lo que más me interesaba, las cuevas de Naropa y Tilopa, una al lado de la otra, en dónde maestro y discípulo meditaban juntos. Así que ahí me tenéis camina que camina y esto no se acababa nunca bajo el sol y entre el polvo. Mi mente deseando salir de allí sin saber cómo hacerlo así que lo más fácil es... un hada madrina! Mejor dicho ¡un hado madrino! Así q...
Comentarios