Historias de Nepal - Robert
El viaje ha sido efectivamente muy bueno, espero que auspicioso... pero no bueno en el sentido de guay, asia, nepal, estupa, Rinpoche, dharma, todo fantástico... no. Así no. Más bien han sido semillitas, o semillotas que hemos ido recogiendo día a día... incluídas depuraciones-diarreas, purificaciones-vomitos y algo de fiebre-limpieza :-)))) incluída insalubridad y riesgo en las comidas, contaminación ambiental y acústica, etc...
Me gusta cómo dicen Luis y Julio que el viaje ha sido como poner una carga de profundidad... que cuando vuelves y va pasando el tiempo, te va explotando, implosionando... pequeñas implosiones benditas y autoconscientes (así me gusta llamarlas) lo que a la larga hace que el viaje sea, a posteriori, un viaje transformador. Aunque en su momento uno no tuviera consciencia de ello, en su verdadera dimensión.
A la vez ha sido un viaje (desde mi experiencia subjetiva) sencillo, humilde, dejandose estar, y dejandote ver tus patrones-fantasmas y tus irritaciones...
todo aflora más en un viaje así tanto la madurez y templanzas adquiridas, que conceden pausa y peso, y también tus neurosis y saturaciones más recientes y hondas...
Pero nos vienen a decir las enseñanzas de Rinpoche, Ari y la Lama... que ambos grupos de experiencias, las irritadas y las pácificas, son igualdad, de un mismo sabor, inexpresables, y comparten la misma naturaleza verdadera... de claridad-vacuidad y sensibilidad.
Y una cosa está clarísísíma, con este viaje : estos maestros, y en concreto Rinpoche, nos estan dando, todo, todo, todo... contando, cantando todo. No hay más, ya podemos empezar a practicar y entrenarnos sin pausa, para empezar a desarrollar certeza, confianza y credibilidad a sus palabras sobre la verdadera realidad nuestra y de todas las cosas.
En fin, todo muy bien, muy bien... encantado de haberme encontrado con vosotros y con Rinpoche... cada vez que pasa el tiempo más le estimo y le entiendo.Me gusta cómo dicen Luis y Julio que el viaje ha sido como poner una carga de profundidad... que cuando vuelves y va pasando el tiempo, te va explotando, implosionando... pequeñas implosiones benditas y autoconscientes (así me gusta llamarlas) lo que a la larga hace que el viaje sea, a posteriori, un viaje transformador. Aunque en su momento uno no tuviera consciencia de ello, en su verdadera dimensión.
A la vez ha sido un viaje (desde mi experiencia subjetiva) sencillo, humilde, dejandose estar, y dejandote ver tus patrones-fantasmas y tus irritaciones...
todo aflora más en un viaje así tanto la madurez y templanzas adquiridas, que conceden pausa y peso, y también tus neurosis y saturaciones más recientes y hondas...
Pero nos vienen a decir las enseñanzas de Rinpoche, Ari y la Lama... que ambos grupos de experiencias, las irritadas y las pácificas, son igualdad, de un mismo sabor, inexpresables, y comparten la misma naturaleza verdadera... de claridad-vacuidad y sensibilidad.
Y una cosa está clarísísíma, con este viaje : estos maestros, y en concreto Rinpoche, nos estan dando, todo, todo, todo... contando, cantando todo. No hay más, ya podemos empezar a practicar y entrenarnos sin pausa, para empezar a desarrollar certeza, confianza y credibilidad a sus palabras sobre la verdadera realidad nuestra y de todas las cosas.
ya le echamos de menos... pero ha sido un milagro y bendición haberle podido ver con tanta frecuencia... y haberle disfrutado tantísimo.
Que podamos seguir disfrutando de Rinpoche y su actividad muchos años más!!!!
Roberto
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