De mi ventana a tu ventana.
Fue un dia muy especial, el día de la dakini del sexto mes del calendario oriental. La magia llegó a cambiarme el destino. Y la guardo en mi corazón.
Desde la negrura de la noche, en el retiro solitario de mi habitación, alguien llamó a mi ventana. Tic-tic, tic-tic-tic, insistía. Me acerqué. Desde entonces la belleza tiene alas, y es blanca con tonos irisados: malvas, violetas, azules y rosáceos. Va de tiros largos con dos extensas colas que se ensanchan al final, impecables, como para dar mayor prestancia a tan alto rango. Ligera y frágil parecía imposible que una mariposa del tamaño de un pájaro estuviera allí, noche cerrada, cortejando mi ventana como si de una gran flor se tratase.
Comentarios