Red Hat Ceremony
Os escribo desde uno de los momentos más felices de mi vida. Son las seis y media de la mañana y llevo media hora caminando desde la carretera general, en dónde estoy esperando el autobús. Desde hace un par de semanas que hay tormenta cada día. Es preciosos. Hoy ha amanecido en el camino. He cruzado entre los patios de unas casitas vecinas con sus cabras, vacas y niños retozando en el camino. Los campos están crecidos y llenos de flores. Los bambús se amontonan enormes en los bordes de los riachuelos que discurren entre las piedras redondeadas y llenas de vida.
Ayer he acabado de confirmar que hoy, en un par de horas, se celebra la "Red Hat Ceremony" -Ceremonia del Sombrero Rojo- en Sherabling, así que, me he levantado, escrito un par de notitas para avisar que me iba, me he tomado una píldora mágica -con agua caliente: importante- y he conseguido en la cocina un par de tortitas, sin huevo, que yo misma he sacado del horno. Tan pronto como he salido de Thösamling una pareja de grandes pájaros comenzaron a hacer círculos en torno a mi cabeza. He pensado que si se trataba de águilas era señal de que los maestros estaban presentes y si se trataba de buitres señal de que no me quedaba mucho tiempo de vida (según se explica aquí en dónde se habla de profecías y conexiones entre Tai Situ Rinpoché -el jefe de Sherabling- y HHKarmapa). En cualquiera de los dos casos me siento tan feliz de poder disfrutar de este momento que todo lo demás no importa mucho.
Aquí en la parada de autobús he intentado averiguar el precio del taxi (en autobús no sé si llegaré a tiempo) que ha descendido de 1200 a 1000 rupias en menos de dos minutos. El taxista me ha dicho que el autobús a Palampur no llegaría hasta las 8:00. 1000 rupias es muy caro para mi así que he decidido dejarme llevar y tomar el autobús de todas maneras. Por aquí pasan mil autobuses cada dos minutos, pero hoy, a las siete de la mañana, no hay manera.
Otro taxista ha parado, esta vez ha comenzado por las 1000 rupias que había dicho el anterior como último precio. Cuando le he dicho que no, que era mucho para mi me ha ofrecido enseñarme la lista de precios en la que ir a Baijhnat (a 8 km de Sherabling) cuesta 800 rupias. Que si esperaba por mi todo el día y me traía de vuelta serían 1400 rupias. Veo que los precios que me dicen son más o menos los oficiales, pero, claro, hay que tener en cuenta que cuando los "locales" cogen un taxi las cosas son muy diferentes.
Por ejemplo, ahora acaba de llegar un jeep que parece que viene de Palampur. De él han bajado unos diez o doce hombres cada uno con su gran cesto de vegetales para vender en el mercado. Cada uno ha pagado diez rupias.
Como era de esperar, el autobús ha llegado a las siete y cinco y no a las ocho. He pagado 25 rupias hasta Palampur (primera etapa).
Estos autobuses son de lo que más me gusta en la India: ni siquiera sé porqué pregunto a los taxistas. Aquí, mezclada con los monjes tibetanos, los hombres mayores y sus bigotes -distintivo nacional- y las mujeres y los niños con sus trajes de colores brillantes, me siento una privilegiada. Privilegiada de poder compartir estos momentos con ellos. Ser una más en esta diversidad. En general son bastante curiosos, las mujeres me sonríen, pero no suelen hablar inglés así que los que hablan conmigo son los hombres.
De todos modos este país ha cambiado mucho en los últimos cinco años. Aunque ellos están más contentos con el "avance" yo encuentro que ya no ponen música en los autobuses ni en los motorickshaws (taxis de 3 ruedas en los que caben hasta 20 personas ;) - en esta zona no hay rickshaws, los carritos de los que un hombre tira pedaleando, imposible, todo es ARRIBA ARRIBA o ABAJO ABAJO o ARRIBA ABAJO y viceversa, imposible totalmente hasta la idea de una simple bicicleta-.
Los miles de altarcitos llenos de flores y ofrendas y colgantes con chili, limon y pimientos se han reducido de tal modo que cuando los veo de nuevo me entra una alegría y una pena al mismo tiempo que no sé cómo explicar. La alegría del reencuentro y la pena de lo perdido.
Viajo en autobús con el sombrero azul multicolor que me ha regalado Marta en Seattle (todo un éxito por aquí) y con Mara, Robert, Luis, Julio y toda la sanghita susurrándome al oído. Como me escribió Sergi en el marcalibros que me traje en el primer viaje a la India: "Como una lanza..." y así me siento: protegida y libre.
No sé si llegaré a tiempo para la ceremonia pero me siento en armonía con el ritmo del país, así que ya veremos.
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He llegado a Pallampur a las 8:12 y he preguntado cuánto tiempo se tarda en llegar a Baijhnat: tres cuartos de hora -me ha dicho el cobrador. A las 8:13 ya estaba subida en este nuevo autobús. Según mis cálculos llegaré a Baihjnat a las 9 menos 5. Tomaré un taxi y a las 9:15 estaré en Sherabling. Espero poder ir al lavabo, comprar una Kata y entrar en el templo a las 9:30, no está mal, n'est-ce pas?
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He llefado a Baihjnat a las 9 y cinco y a las 9:25 a Sherabling. Sonaban las trompetas. Me ha dado tiempo a comprar la Kata, e ir al lavabo. He entrado en el templo, había un sitio estupendo al lado de Berta una chica española que conocía de hace 6 años en el curso de Bokar Rinpoché y que he ido encontrando en DSK, y, para mi sorpresa, a su espalda estaba Anne Marie, que no conocéis, pero es una de las cuatro personas -junto con Laurence, ¿os acordáis de Laurence?- a las que nos dio refugio, en 2003, HHKarmapa.
Desde entonces no sabía nada de ella, así que podéis imaginaros el alegrón mutuo.
Así que a las 10:00 Lama Tennam, el asistente de Tai Situ Rinpoche nos dió explicaciones de en qué consistía la ceremonia y nos informó de que también íbamos a recibir la transimisión del Buddha Maitreya (Se considera que Tai Situ Rinpoché es la emanación del Bodisattva Maitreya, el próximo Buddha) y ¿quién más estaba allí? Pues para los que lo hayáis visto en Panillo Dzigar Kongtrul Rinpoche.
A las 10:30 empezó la Ceremonia y sobre las 13:00 acabó...
Tiempo justo para comer algo en la cantina, charlar un ratito con los amigos y vuelta al autobús...
A la hora de la cena estaba de nuevo en casa, más fresca que una lechuga y más contenta que unas pascuas. Chulo ¿no?.
Ayer he acabado de confirmar que hoy, en un par de horas, se celebra la "Red Hat Ceremony" -Ceremonia del Sombrero Rojo- en Sherabling, así que, me he levantado, escrito un par de notitas para avisar que me iba, me he tomado una píldora mágica -con agua caliente: importante- y he conseguido en la cocina un par de tortitas, sin huevo, que yo misma he sacado del horno. Tan pronto como he salido de Thösamling una pareja de grandes pájaros comenzaron a hacer círculos en torno a mi cabeza. He pensado que si se trataba de águilas era señal de que los maestros estaban presentes y si se trataba de buitres señal de que no me quedaba mucho tiempo de vida (según se explica aquí en dónde se habla de profecías y conexiones entre Tai Situ Rinpoché -el jefe de Sherabling- y HHKarmapa). En cualquiera de los dos casos me siento tan feliz de poder disfrutar de este momento que todo lo demás no importa mucho.
Aquí en la parada de autobús he intentado averiguar el precio del taxi (en autobús no sé si llegaré a tiempo) que ha descendido de 1200 a 1000 rupias en menos de dos minutos. El taxista me ha dicho que el autobús a Palampur no llegaría hasta las 8:00. 1000 rupias es muy caro para mi así que he decidido dejarme llevar y tomar el autobús de todas maneras. Por aquí pasan mil autobuses cada dos minutos, pero hoy, a las siete de la mañana, no hay manera.
Otro taxista ha parado, esta vez ha comenzado por las 1000 rupias que había dicho el anterior como último precio. Cuando le he dicho que no, que era mucho para mi me ha ofrecido enseñarme la lista de precios en la que ir a Baijhnat (a 8 km de Sherabling) cuesta 800 rupias. Que si esperaba por mi todo el día y me traía de vuelta serían 1400 rupias. Veo que los precios que me dicen son más o menos los oficiales, pero, claro, hay que tener en cuenta que cuando los "locales" cogen un taxi las cosas son muy diferentes.
Por ejemplo, ahora acaba de llegar un jeep que parece que viene de Palampur. De él han bajado unos diez o doce hombres cada uno con su gran cesto de vegetales para vender en el mercado. Cada uno ha pagado diez rupias.
Como era de esperar, el autobús ha llegado a las siete y cinco y no a las ocho. He pagado 25 rupias hasta Palampur (primera etapa).
Estos autobuses son de lo que más me gusta en la India: ni siquiera sé porqué pregunto a los taxistas. Aquí, mezclada con los monjes tibetanos, los hombres mayores y sus bigotes -distintivo nacional- y las mujeres y los niños con sus trajes de colores brillantes, me siento una privilegiada. Privilegiada de poder compartir estos momentos con ellos. Ser una más en esta diversidad. En general son bastante curiosos, las mujeres me sonríen, pero no suelen hablar inglés así que los que hablan conmigo son los hombres.
De todos modos este país ha cambiado mucho en los últimos cinco años. Aunque ellos están más contentos con el "avance" yo encuentro que ya no ponen música en los autobuses ni en los motorickshaws (taxis de 3 ruedas en los que caben hasta 20 personas ;) - en esta zona no hay rickshaws, los carritos de los que un hombre tira pedaleando, imposible, todo es ARRIBA ARRIBA o ABAJO ABAJO o ARRIBA ABAJO y viceversa, imposible totalmente hasta la idea de una simple bicicleta-.
Los miles de altarcitos llenos de flores y ofrendas y colgantes con chili, limon y pimientos se han reducido de tal modo que cuando los veo de nuevo me entra una alegría y una pena al mismo tiempo que no sé cómo explicar. La alegría del reencuentro y la pena de lo perdido.
Viajo en autobús con el sombrero azul multicolor que me ha regalado Marta en Seattle (todo un éxito por aquí) y con Mara, Robert, Luis, Julio y toda la sanghita susurrándome al oído. Como me escribió Sergi en el marcalibros que me traje en el primer viaje a la India: "Como una lanza..." y así me siento: protegida y libre.
No sé si llegaré a tiempo para la ceremonia pero me siento en armonía con el ritmo del país, así que ya veremos.
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He llegado a Pallampur a las 8:12 y he preguntado cuánto tiempo se tarda en llegar a Baijhnat: tres cuartos de hora -me ha dicho el cobrador. A las 8:13 ya estaba subida en este nuevo autobús. Según mis cálculos llegaré a Baihjnat a las 9 menos 5. Tomaré un taxi y a las 9:15 estaré en Sherabling. Espero poder ir al lavabo, comprar una Kata y entrar en el templo a las 9:30, no está mal, n'est-ce pas?
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He llefado a Baihjnat a las 9 y cinco y a las 9:25 a Sherabling. Sonaban las trompetas. Me ha dado tiempo a comprar la Kata, e ir al lavabo. He entrado en el templo, había un sitio estupendo al lado de Berta una chica española que conocía de hace 6 años en el curso de Bokar Rinpoché y que he ido encontrando en DSK, y, para mi sorpresa, a su espalda estaba Anne Marie, que no conocéis, pero es una de las cuatro personas -junto con Laurence, ¿os acordáis de Laurence?- a las que nos dio refugio, en 2003, HHKarmapa.
Desde entonces no sabía nada de ella, así que podéis imaginaros el alegrón mutuo.
Así que a las 10:00 Lama Tennam, el asistente de Tai Situ Rinpoche nos dió explicaciones de en qué consistía la ceremonia y nos informó de que también íbamos a recibir la transimisión del Buddha Maitreya (Se considera que Tai Situ Rinpoché es la emanación del Bodisattva Maitreya, el próximo Buddha) y ¿quién más estaba allí? Pues para los que lo hayáis visto en Panillo Dzigar Kongtrul Rinpoche.
Unbroken lineages of wisdom traditions are rare in these times, and Dzigar Kongtrul descends from a pure lineage of the Nyingma tradition of Tibetan Buddhism. Recognized as a reincarnated lama he received traditional training from a young age, yet born in India to Tibetan refugee parents, his life evolved in ways that stretch far beyond a traditional setting. Sleeping on hemp roadside cots along the highways of India, with a sack of his only belongings, he traveled to study with different masters; later, marrying his wife Elizabeth, a surprising turn of events led them to make America their home; here, weaving his spiritual heritage with the many threads of a modern culture, Dzigar Kongtrul continues to follow what he calls his 'life-long assignment': to offer the genuine wisdom of the Buddhist teachings to those who have an interest.
Dzigar Kongtrul defines what it means to be a spiritual person in modern times. Whether through his teaching, his passion as an abstract painter, his steadfast loyalty to his lineage, family and students--which he describes as one of his most cherished qualities--or through his joy in solitude, his fierce independence and his unshakable determination to engage his own path, throughout it all, Dzigar Kongtrul mixes practice and life. "Isn't that the goal of the spiritual path?" Rinpoche often asks. Indeed it is--to be flexible, courageous and exploratory in the face of life's joys and paradoxes, while never parting from a connection to its deepest meaning.
Y acabo de ver, así como edito este post, que en Deer Park (aquí al lado) dan enseñanzas sobre las 37 prácticas del bodisatva y adivinad quién las da.
A las 10:30 empezó la Ceremonia y sobre las 13:00 acabó...
Tiempo justo para comer algo en la cantina, charlar un ratito con los amigos y vuelta al autobús...
A la hora de la cena estaba de nuevo en casa, más fresca que una lechuga y más contenta que unas pascuas. Chulo ¿no?.
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