Miel de mil flores

Y, el otro día, el otro año, en una entrevista con Mingyur Rinpoché, comentándole acerca de mis preocupaciones acerca de mezclar instrucciones, me contestó:
-Los occidentales tenéis una mente muy estrecha en relación a lo que es el maestro. Os parece que el maestro es como vuestro padre o vuestra madre, que sólo puede haber uno, o bien, os imagináis que es como vuestro marido o vuestra mujer y si vais con otro os sentís como si estuvierais poniéndole los cuernos. Los maestros son como las flores, cada uno con sus olores diferentes, y los discípulos son como las abejas, que liban el néctar que les gusta y luego cada una fabrica su propia miel con su sabor especial.



Y, puestos a hablar de flores, ha sido fascinante descubrir en la película "El ladrón de orquídeas, adaptation" como algunas orquídeas imitan especialmente la forma de algún insecto para así "engañarlo" y conseguir que haga el baile del amor con ellas y de este modo siga polinizándolas.



Sólo falta ahora saber si somos tiernos pajarillos, abejorros relucientes, golosos murciélagos o larvas rayadas a punto de convertirse en un ejército de hermosas mariposas.


Y, siguiendo con las abejas, este es el cartel que me he encontrado colgado de un consultorio médico. Traduzco:
Según análisis aerotécnicos reconocidos, el abejorro no puede volar a causa de la forma y peso de su cuerpo en relación al área total de sus alas. El abejorro no sabe esto, así que, tira-para-alante y, de todos modos, vuela.

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