De comparaciones

Sasha, que está de retiro en Tso Pema, y casi nunca me llama, me ha llamado.

Me ha explicado lo difícil que es estar de retiro, que no tiene nadie con quien hablar, que hasta hace dos días hablaba con una monja vecina, pero que se han enfadado.

-Por eso me ha llamado -deduzco-, necesidad de hablar.

Y que se ha dado cuenta de que, -sigue- cuando no estaba de retiro, se pasaba el tiempo criticando. Y que también se ha dado cuenta de que lo hacía porque era un modo de convencerse de que los demás eran malos y que eso quería decir que ella era buena, o, al menos, mejor que los demás.

-Igual es por eso que me ha llamado -vuelvo a deducir- para contarme sus conclusiones.

Y entonces, me he dado cuenta de que ella, que me ha llamado, tiene el corazón mucho más abierto que yo. Y, por supuesto, no me he atrevido a decírselo. No sea que me vuelva a llamar.

Comentarios

Marisa ha dicho que…
No conozco a tu amiga y no se como estará su corazón, pero sí se que el tuyo es cálido y acogedor, y eso se nota claramente en tus abrazos. Un abrazo desde un corazón que hace lo que puede por abrirse un poco más cada día.

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