Notas de Araceli sobre el viaje a Nepal
Escribir algo sobre el viaje a Nepal. ¿Por dónde empezar?
Imágenes, olores, sensaciones … como arco iris que abren el espacio para que lleguen las palabras.
El olor de las lamparillas de aceite mientras giraba alrededor de la estupa.
El olor como a “rueda quemada” (imposible de identificar) que me acompañaba cada noche, cuando caminaba por las callejuelas que me devolvían al monasterio.
El rostro de Rinpoche, desvaneciendo mis miedos y temores ante su presencia.
Mi corazón (unido al corazón de Marisa) del que brotó este canto de agradecimiento:
¡GRACIAS RINPOCHE!
Por seguir entre nosotros
Por tu inmensa compasión
Por darme la posibilidad de ser tu estudiante
Por encender la lamparilla de mi devoción
Por la sencillez de tu monasterio
Por compartir la entrega de tus discípulos
Por señalarme el camino y por disolverlo
Por tener la fortuna de encontrarme con tu mirada penetrante que consume mi confusión
Por tu sonrisa que resplandece vivida, brillante y que diluye la frontera de ser dos.
Imágenes, olores, sensaciones … como arco iris que abren el espacio para que lleguen las palabras.
El olor de las lamparillas de aceite mientras giraba alrededor de la estupa.
El olor como a “rueda quemada” (imposible de identificar) que me acompañaba cada noche, cuando caminaba por las callejuelas que me devolvían al monasterio.
El rostro de Rinpoche, desvaneciendo mis miedos y temores ante su presencia.
Mi corazón (unido al corazón de Marisa) del que brotó este canto de agradecimiento:
¡GRACIAS RINPOCHE!
Por seguir entre nosotros
Por tu inmensa compasión
Por darme la posibilidad de ser tu estudiante
Por encender la lamparilla de mi devoción
Por la sencillez de tu monasterio
Por compartir la entrega de tus discípulos
Por señalarme el camino y por disolverlo
Por tener la fortuna de encontrarme con tu mirada penetrante que consume mi confusión
Por tu sonrisa que resplandece vivida, brillante y que diluye la frontera de ser dos.
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